¿Qué tal un Balón de Platino y Diamantes?


Leo a Mou y veo a Lio.

Parece un trabalenguas, pero no lo es. Dice José Mourinho que sería un crimen no darle el Balón de Oro a Cristiano Ronaldo, y no le faltan razones.
Pero entonces aparece Messi, los domingos, los miércoles, los viernes, el día que juegue y, mal que les pese a quienes enseñan esa carta como talón de Aquiles, también vista la camiseta que vista. Porque si vale el dato, en este 2012 lleva marcado 11 goles en 7 partidos con Argentina -los dos últimos anoche, contra Uruguay, por las Eliminatorias para el Mundial 2014- y todos sirvieron para ganar esos encuentros. Si también contáramos las asistencias o la participación en las jugadas ofensivas de su Selección, hayan terminado en gol o no, la estadística sería aún más apabullante.

Surgen los que piden el Balón de Oro para Casillas, Iniesta o Xavi, y tampoco están escasos de argumentos, por trayectoria y sapiencia en los casos de Iker y el “cerebro” del Barça; por genialidad y oportunidad para aparecer en instantes decisivos si se habla del “mago” de Fuentealbilla.

Pero entonces aparece Leo, con su regularidad insultante, los sábados, los martes, los jueves… refrendando partido tras partido aquella sentencia de Pep Guardiola, cuando dijo que “siempre juega bien”.

Es por eso que desde el título planteo una sugerencia: que se cree un Balón de Platino, o de Diamantes, o de ambas cosas. Y que por supuesto se le entreguen a Messi. Uno por año o uno definitivo, ya para siempre, y así nos olvidamos de las discusiones.

Entonces, y solo entonces, habrá espacio para repartir Balones de Oro entre los demás. Porque sin duda los merecen Cristiano, Iniesta, Casillas, Xavi y tal vez algún otro. Porque son fenómenos indiscutibles, cracks superlativos. Pero han tenido la desdicha de coincidir en el tiempo con el mejor deportista en la Historia de este juego. Con un chico que aprende y mejora temporada tras temporada, que no deja de progresar nunca, que agranda su repertorio al mismo tiempo que su radio de acción y su presencia como líder en los equipos donde juega, que protesta y se enfada cuando sus compañeros no le comprenden y festeja los goles como se festejan en el potrero, con el grito espontáneo y expulsando la rabia, sin perder el tiempo en poses artificiales ni escenografías preparadas de cara al negocio de la TV. Porque vive el fútbol con la misma pasión y alegría que cuando tenía 10 años, pero que lo entiende a la perfección y lo ejecuta como nadie.

Inventen otra cosa señores de la FIFA y France Football, porque mientras no lo hagan seguiremos asistiendo a debates estériles y reclamos inútiles. Llegará enero, habrá una gala y el Balón de Oro, año tras año y siempre con absoluta justicia, se irá para Rosario.
Porque en realidad, con la cabeza fría y el fútbol en la mano, hay muy poco que discutir.

Artículo Publicado el

Por Rodolfo Chisleanschi


Homeless World Cup




Si la vida es de la patada y las broncas que uno mismo provoca en casa y no te permiten
regresar, si el andar con los amigos, peleando con otras bandas, abusando de las drogas
o vagueando es el único destino posible, el lema de "cambiar a través del fútbol a las
personas sin hogar"
, cobra sentido.

La Fundación Telmex organizó un torneo singular, la Homeless World Cup en el que
competirán 43 selecciones nacionales de fútbol en la rama masculina y15 en la femenina.
También participaran selecciones mixtas. El objetivo de la competencia es reintegrar a la
sociedad a jóvenes mayores de 16 años que cumplieran con dos condiciones: que tuvieran
algún tipo de adicción y que hayan carecido de hogar en un periodo de octubre de 2011 a
la fecha
. Un proyecto que por medio del balompié intenta cambiar la vida de muchachos
en situación de marginación.

El zócalo de la Ciudad de México será el escenario en el que se luchará por cada uno de
los 6 trofeos en disputa. Habrá tres campos de juego, la principal con una capacidad para
un público de tres mil personas, y dos aledañas con aforo de 600. Se pretende que cada
selección juegue al menos una vez en el estadio principal.

El enfoque es ir de la calle al estadio, del vicio al deporte, de la miseria a la gloria. El
evento se ha revestido de la mayor seriedad y se le ha otorgado gran importancia. Será
inaugurado el próximo sábado con la presencia del presidente de la Fundación Telmex,
Arturo Elías Ayub, del presidente de la Homeless World Cup, Mel Young, y autoridades
del gobierno de la capital de la república mexicana.

México y Sudáfrica se enfrentarán, tal y como lo hicieron en el partido inaugural de la
Copa del Mundo del 2010.
Es importante que la pasión del fútbol sirva para ayudar y, tal vez, ¿Por qué no?, ayude a
encontrar a los participantes una segunda oportunidad.


Puyol, el pundonor y la sabiduría


Ayer lo vimos todos por televisión y como yo y muchos, nos quedamos impresionados con la estrepitosa caída y la lesión que ha tenido el 5 del Barça Carles Puyol frente al Benfica por la Champions que le dejará fuera de competición por 4 semanas. Ayyy que dolor!

Luego de leer toda la prensa deportiva por la mañana, me encuentro con este artículo publicado en La Voz del Rioba, el blog que escribe y edita mi querido amigo Rodolfo Chisleanschi y que recomendamos seguirlo. Tanto nos gustó este artículo que enseguida lo retwitteamos y pensamos -la puta, que buen artículo para Eleven...
Ring ring... Nos llama Rodolfo a la redacción y me dice Che... ¿no te gustaría publicarlo?  Y claro! estamos conectados!
Allá vamos y también irá en Catalán en nuestro canal tarraconense.



Cuenta la anécdota, o la leyenda, que en los tiempos en los que compartían plantilla bajo las órdenes de Louis Van Gaal, un día  Juan Román Riquelme se dirigió con toda su seriedad y respeto a Carles Puyol, ya por entonces ídolo de buena parte de la hinchada del Barça, y le preguntó: “¿Me podés explicar por qué jugás así?”.

El “así”, en el particular idioma riquelmiano, significaba con semejante fragor, trabando cada balón con el hígado si fuese necesario, entrando en cada jugada como si fuera la última o la más importante de su vida, incluso en los entrenamientos, aunque incluía también una velada crítica al peculiar estilo del Tarzán de Puebla del Segur, totalmente en las antípodas del practicado y defendido por Román.
Lo cierto es que su manera de vivir y entender el fútbol, ese pundonor a prueba de balas, ha llevado a Puyol a la cúspide del fútbol. Ganador de cuanto título se pueda obtener, su carrera resulta tan intachable como evidiable. Pero Riquelme, que habla poco pero posee un criterio futbolístico tan indiscutible como la energía del capitán del Barça, apuntaba hacia otro lado con su maliciosa pregunta.

Según él, y según la opinión de los futboleros más puristas, los grandes defensas, los que entienden el juego y conocen el puesto hasta sus últimos detalles, son aquellos que logran controlar el tiempo y el espacio. Ese dominio de elementos tan insustanciales les permite anticipar cada acción, cada pelotazo cruzado, cada cruce, sin necesidad de esfuerzos extraordinarios, choques impetuosos o arriesgadas barridas por el suelo. Son, en definitiva, los pocos que pueden completar una gran actuación sin embarrarse los pantalones; los que de verdad saben…

Carles Puyol, sin dudas, ha progresado mucho. A lo largo de la docena de años en la élite fue mejorando a medida que iba conociendo los secretos de su oficio. De ahí su perdurabilidad, tanto en su club como en la Selección. Sin embargo, y como la perfección es difícil de alcanzar, sigue privilegiando el pundonor por encima de cualquier otra cualidad, y en cualquier circunstancia del partido o sector del campo en que se encuentre. Dicho de otra manera, no ha logrado que su sabiduría le lleve a ahorrar los esfuerzos, controlar los choques y moderar los riesgos. Y a determinada edad, cuando el cuerpo empieza a acumular el desgaste de tantas batallas, el precio por ese déficit se paga con lesiones, cada vez más frecuentes, cada vez más insólitas.
Porque cuando camina hacia los 35 años, el gran Carles Puyol todavía debe una materia en la universidad del fútbol: la del manejo de los tiempos y los espacios. Seguro que todavía le quedan energías para aprobarla.

Por Rodolfo Chisleanschi
La Voz del Rioba