Un Superclásico especial que se salda con un nuevo empate y que no deja conforme a nadie
Ni Boca ni River pudieron llevarse los tres puntos en uno de los mayores duelos deportivos que existen en el mundo. En ElevenFoot quisimos vivir el partido como si estuviésemos en la cancha y para ello nos desplazamos a la ciudad condal para verlo con la Filial River Plate Barcelona
Por Eloy Valentinis Ramos
Volvía el Superclásico y volvía el enfrentamiento entre dos de los técnicos más exitosos del fútbol argentino: Carlos Bianchi y Ramón Díaz. Si bien ya se habían visto las caras en los torneos de verano, ésta era la primera vez que lo hacían en el campeonato local y la expectación era máxima.
Ninguno de los dos equipos llegaba en su mejor momento al partido: en las once fechas jugadas, Boca solo había conseguido ganar un partido, el primero, contra Quilmes, por 3 a 2, y se hallaba en la parte baja de la tabla, sufriendo además duros correctivos como el 6-1 frente a San Martín de San Juan -una de las derrotas más abultadas de su historia; River, por el contrario, se situaba tercero, aunque sus últimos resultados le habían alejado un poco de la punta y llegaba golpeado por la eliminación de la Copa Argentina frente a Estudiantes de Caseros, un equipo de la tercera división.
Por si fuera poco, los capitanes de sendos equipos tendrían que ver el partido desde afuera: Román Riquelme por un desgarro en el isquiotibial izquierdo y David Trezeguet por su operación de la lesión crónica en su rodilla izquierda.
Pero todos estos percances no suelen influir en un duelo de tales características, los Boca-River son especiales, independientemente de la situación en la que lleguen los dos clubes. De hecho, hace poco más de nueve años ‘The Observer’ publicó una lista con cincuenta cosas relacionadas con el mundo del deporte que hay que hacer antes de morir, y ver un Boca-River en La Bombonera ocupaba el primer lugar en dicha lista. A pesar de que a nosotros nos queda un poco lejos, desde ElevenFoot quisimos vivir el partido de una forma especial, por lo que nos desplazamos hasta la taberna L’Ovella Negra (La Oveja Negra) en Poble Nou para presenciarlo junto con la Filial River Plate Barcelona, un grupo de aficionados ‘gallinas’ que residen en la ciudad condal y se juntan para ver cada partido de ‘La Banda’. El ambiente era espectacular. Antes de que empezara el partido uno ya se sentía como si estuviese en El Monumental… Un gran grupo de gente no paraba de saltar, alentar y cantar al ritmo de los bombos. Todos con sus camisetas de River y acompañados de paraguas y banderas blancas y rojas. Otros, en cambio, lo presenciaban desde sus aposentos, aunque acompañaban en los cánticos.
Comenzaba el partido, y no podía hacerlo de mejor manera para los ‘Millonarios’, ya que a los 43 segundos Manuel Lanzini establecía el 0-1 con un cabezazo y escribía su nombre en la historia de los River-Boca al conseguir el gol más rápido de los Superclásicos, destronando a Pablo Ledesma que en 2007, y también en La Bombonera había marcado a los 49 segundos. La euforia se desataba entre los aficionados presentes, una euforia que duró prácticamente cuarenta minutos, cuando el uruguayo Santiago Silva empataba el partido en la única chance de Boca clara hasta entonces. En ese momento se produjo un silencio atroz. Un silencio que a los pocos segundos fue interrumpido por el “¡Soooy de River…! ¡Soooy de River…!” que levantaba el ánimo de los allí presentes. Entretanto, el conjunto visitante había gozado de las mejores ocasiones y habría podido aumentar la ventaja, principalmente en una ocasión de Carlos Sánchez, en donde se pudo oír el “¡Uuuy…!” de la gente. Ya en el entretiempo, la gente aprovechó para descansar y por qué no, comer un choripán con chimichurri. Mientras nos recordaban que allí mismo había un trozo de la bandera más larga del mundo enviado expresamente desde Argentina, y que al finalizar el encuentro se produciría un sorteo de una camiseta firmada por el ‘Chori’ Domínguez.
Ya en el segundo tiempo, poco se vio del apartado futbolístico. Boca adelantó líneas para ir en busca del partido, pero lo cierto es que ninguno de los dos equipos dispuso de oportunidades claras de gol, a excepción de la de Gonzalo Escalante a la salida de un córner en la que Barovero evitó el 2-1 para los ‘Xeneizes’. Lo más destacado de esta segunda mitad fue el hecho de que Boca acabara el partido con cinco debutantes en los Súper, quizás pensando más en el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores frente al Corinthians (los de Carlos Bianchi ganaron por 1-0 en Buenos Aires) y la expulsión de Ramón Díaz, que fue despedido de La Bombonera con gritos de “¡Vos sos de la B…!”, a lo que el entrenador riojano de River contestó haciendo gestos que no con su dedo índice. Esta imagen de Ramón Díaz saliendo de la cancha de Boca propicio inmediatamente el cántico de “¡Oy oy oy oy, es el equipo de Ramón!” en L’Ovella Negra por parte de los hinchas de River, que no pararon de alentar hasta que acabó el encuentro. Al final, empate a uno en La Bombonera, un resultado que ningún equipo celebró en exceso. Sin embargo, en la Filial River Plate Barcelona, la fiesta continuaba.
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