Entrevista Rafa Pons (II Parte):


“Intenté cambiar un billete de AVE para ver un Barça-Chelsea”

–¿Cómo ve un culé como tú la Champions de este año?

–Lo que veo yo es que el Barça es imperfecto. Y eso, no me preguntes por qué, me da sensaciones positivas. Es la primera vez en seis años en que todo el mundo está diciendo que el Barça no es favorito y el equipo está como raro, porque han pasado muchas cosas, pero todo está adquiriendo la estructura de un guión de Hollywood: el equipo empieza bien, pasa una mala racha, parece que se va a perder todo y al final, ganan. Yo soy muy de cine y confío en eso. Lo veo complicado, pero creo que eso se convertirá en un punto a favor. Estamos acostumbrados a ser favoritos...

–… y luego te pasa como contra el Chelsea (2011-12) o el Inter (2009-10)...

–Yo el del Chelsea me lo perdí. Tenía un billete de AVE e intenté cambiarlo, pero me salía por 200 euros y no está el horno para hacer historias de rock'n'roll. Lo tuve que oir por la radio. Fue horroroso. Y llegaba el Madrid, además, lo que pasa es que al día siguiente perdió contra el Bayern y fue un alivio (risas). Tengo amigos del Madrid y a cualquier otro equipo español le deseo que avance pero... como los buenos del Barça, o los buenos madridistas en el caso contrario, quiero que el Madrid pierda hasta en los entrenos.

–¿Y qué te parece Tito Vilanova como entrenador?

A mí me gusta mucho. A título personal, evidentemente, es una putada lo del cáncer y tiene un gran mérito cómo lo ha gestionado. Pero en lo deportivo también ha sido una faena, porque le iba bien. Como aficionado, desde fuera, pienso que Guardiola es muy exigente, con un punto a lo Bielsa. Y mi sensación, de carajillo de bar ¿eh?, es que los jugadores estaban super agradecidos y era un líder brutal, pero que estaban un poquito hasta los cojones porque es un tío muy exigente. Entonces llegó Tito y... estaban muy relajados. Dentro de que la relajación lleva a otro tipo de cosas, el principio de temporada me pareció brutal. Lo único que no me gustaba era que no jugase Villa, pero ahora ya va jugando.

–Y ahora que dices lo de Villa... ¿eres de los anti-Alexis o de los pro-Alexis?

–A mí, lo que  me pasa, tengo que dejarlo claro, es que mi jugador favorito del mundo entero es Pedro. Pero desde siempre. Desde que estaba en el Barça 'B'. Lo digo de verdad, de corazón, y tuve el honor de conocerlo y se lo dije. De hecho, pasó que la temporada en la que Pedro dio el salto definitivo, cada vez que metía un gol, yo recibía como seis o siete mensajes. En la semifinal del Mundial 2010, cuando jugó como titular contra Alemania e hizo una primera parte de locos, recibí como diez mensajes de amigos de todas partes que decían: “Perdona por haber dudado de él”, etc.

–Al principio siempre se le atribuía todo a la suerte, como si marcase con el culo.

–Exacto, y me da rabia lo que suele hacer la prensa, tanto la de aquí como la de allí, con otros jugadores. Algunos son muy pajilleros. De Giovani dos Santos decían que era el nuevo Ronaldinho y en cuanto marcaba un gol con el filial, lo ensalzaban. Con Pedro, era todo lo contrario; de repente marcaba un gol en la Supercopa, otro en la Supercopa de Europa... Y todo el mundo decía: “Bueno, es un jugador de equipo, un perfil menor”. ¡Pero qué perfil menor, si es impresionante! Y a amigos míos también les pasaba: “No desborda”. “¿Que no desborda? ¡Toma desborde!” Y así, me fui creciendo mucho en bares, defendiéndolo...

–...y te salió bien.

–Lo estaban condenando a ser un jugador de perfil bajo sólo porque es un tío normal. Y no. Tenía y tiene una definición... De hecho –esto es una impresión muy personal–, diría que Guardiola pierde la liga el año pasado por no apostar por Pedro al final. Venía de una lesión, estaba más flojo, y en el famoso partido contra el Madrid, en el que perdimos, ya estaba Pedro y no jugó. Y tras la final de Copa del Rey contra el Athletic de Bilbao, donde empezó marcando él, Guardiola sale en la última rueda de prensa y comenta que le dijo: “No sé por qué no te he hecho jugar más”... ¡Y ahí lo dejo! (Risas). Por cierto, Alexis me gusta ¿eh? Tiene mucha presión porque quiere ser un crack y habrá que ver si la aguanta.

–Una persona a la que admiras bastante, Quique González, es un gran madridista.

–Sé que es futbolero y hemos coincidido alguna vez, pero la charla de fútbol no se ha dado. Él es un referente musical y en la manera de enfocar este asunto. Me encanta como artista, pero también el honor con el que ha peleado y con el que ha defendido una manera de hacer.

–Jugando a ser ojeador, recomiéndame a 'Pedros' de la música que no tengan el reconocimiento merecido.

–A mí me gusta mucho 'Proyecto Jass', un cantautor de Murcia con un estilo parecido al mío. Mujeres que entienden de aviones, producido por Lichis, que está en Spotify, es un discazo. Y otro discazo es el que sacó el año pasado Alejandro Martínez, “Orgullo”, y también está en la red.



–Se te ha ido a vivir lejos un buque insignia de la banda como el bajista Noriega.

–Sí, ya va a hacer dos o tres años que se me ha ido a Pamplona, pero sigue viniendo para los conciertos con banda. Está en el proyecto. Lo malo es que se me han acabado los carajillos entre semana.

–¿Qué jugador de fútbol sería?

(Delibera concentrado). –Sería Puyol. Sí, Puyol. Le pega mucho. Corazón y cojones. ¡Aunque es madridista, por cierto! Los clásicos comentados con él, vía chat, son una maravilla.

–Una de autocrítica. ¿Cuál crees que sería el defecto que quizás no se atrevería a decirte un fan?

–Es buena, esa pregunta... Imperfección hay mucha, pero quizás... Ni canto muy bien, ni toco muy bien. Soy muy desastre en el escenario, me equivoco en cosas y la gente es muy buena y muy tolerante con eso.

–Pero el compendio llega y resulta.

–Va colando, ja, ja. En general la gente tiene muchas ganas de que no sea tan difícil el darse a conocer. Les gustas, te apoyan y respiran aliviados cuando, por ejemplo, salimos en un periódico. Hay quien no, hay quien quiere ser el único que te conoce y a la que creces un poco, siempre hay alguien que se enfada cuando planteas un salto: de bares a salas, de salas al Palau...

¿Te tienen como un bonsai?

–Sí, ¡como un bonsai! (ríe). Pero en general es lo contrario, te dicen “Hostia, por qué no te ponen en tal radio” o “Vi en la tele a 'no sé quién' y me gustaría que te invitasen a ti”. La gente quiere que te vaya bien.

–Y ahora trabajas en el nuevo disco.

–Sí, yo decía que el concierto del Palau era de fin de gira o de fin de carrera, dependiendo de cómo fuera. Parece que no ha sido de fin de carrera y que va a haber vida y otro disco. Ahora toco en una gira tranquila, acústica, que se llama 'Preliminares'. Voy tocando alguna canción nueva y chequeándola, aunque le pido a la gente que no la suba a Youtube para que guardemos la sorpresa. Y ultimar el disco, escoger el título y esas cosas, nos llevará hasta el verano. A finales de verano lo grabaremos y la idea es que salga a finales de otoño.


 

–Supongo que ese disco ya tiene un camino hacia un estilo...

Sí, pero no tan claro... Yo pensaba que iba a ser un disco más tranquilo porque el anterior (Persona,  animal o cosa) era muy visceral, muy de dentro, con hiel, con una actitud eminentemente rockera. Pero revisando el global, no sé yo... Este también será contundente, en cuanto a letras... ¡Creo! Igual luego lo cambio todo en una semana.

–Elige uno de tus tres discos.

–Yo creo que el mejor es el último (PAOC). El primero (Mal te veo) es un grandes éxitos de bares, es el repertorio que me lleva a dedicarme a la música y la producción es una orgía: si había una rumba, había ochenta percusiones. El segundo (Insisto) es un disco más sobrio, con la responsabilidad de pensar si a la gente que le gustó el primero le gustaría también el siguiente. Estoy orgulloso de que sea más sencillo, pero son decisiones que obedecen más a etapas. El tercero, al ser ya un equipo formado, fue un “Nos gusta tocar en directo, pues vamos a grabar en directo”. Ya sabíamos un poco más cómo queríamos hacer las cosas y las canciones fluyeron más 'desprejuiciadas', sin pensar tanto.

–¿Escuchas tus maquetas?

–No. Aunque sí he rescatado alguna canción para los discos. Pero la gente las conoce ¡y te las coloca al mismo nivel que los discos! Es muy gracioso, porque la mayoría están grabadas en casa y muy mal, sobre todo las dos que circulan. Te gastas una pasta en hacer un disco y, de repente, gusta algo del Youtube con un audio horroroso. Al final, a la gente le gustan las canciones.

–Siempre me he preguntado si los músicos se escuchan a ellos mismos en casa.

Yo lo hago mucho en esta fase, cuando empiezo a grabarme canciones, y cuando sale el disco. Pero muy pesado, de psiquiatra. En algún momento soy mi primer fan y, si escuchándome me ha aburrido un tema y he hecho algún cambio, creo que he acertado. Primero me tiene que gustar a mí. Luego, ya no lo escucho. Si me subo en el coche de un amigo y el disco está en su primer año le digo: “Tío, cámbialo”. Aunque cuando han pasado ya dos o otres años, a veces lo escucho, porque el parto lo sufres tanto que luego te olvidas. Y como las cantas mucho, se te olvida incluso que hay un disco.

–¿Cuál sería tu canción más autobiográfica? No me dirás Rafita Perestroika...

–Por la cuenta que me trae, no, ja, ja. No suelo decir cuáles son más autobiográficas o menos. Pero quizás... (pausa) como me preguntas cuál es la “más”... Quizá, una canción que me ayudó, y además la canto con mi Viejo, es 'El gallito'. Es un tema para reflexionar y decir: “Cuidado”. Para que se te vaya la olla no necesitas llenar el Camp Nou ni llenar el Sant Jordi. Cuando tienes a diez personas, no te digo más, sino diez, cantando tus canciones, te puedes crees que lo que tú dices importa y... Para volverse un gilipollas, hay muchas maneras. No es tan complicado como la gente se piensa. No necesitas ser U2 para que se te vaya la olla. Sólo con diez personas que te hayan mandado un mail diciéndote “Me gusta”, si no tienes la cabeza en tu sitio, puedes creerte con licencia a... Te puedes chalar, directamente.



Por Marcos Moreno Teruel
Fotos: Cristina Perea

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