Entrevista Rafa Pons (I Parte):

“Reivindico el derecho a sentir la pasión por el fútbol”


“No soy ninguna autoridad para hablar del amor, pero he hecho una canción sobre el amor a la autoridad”, afirma siempre en referencia a su tema “La mosso”. El cantautor catalán Rafa Pons (a punto de cumplir los 35) nos habla sobre su amor al fútbol en una entrevista (en dos partes) que compagina el cuero del balón con la franqueza del rock. El autor de tres discos, con el cuarto en camino, reflexiona sobre su Barça, su Boca Juniors, su jugador favorito -Pedro Rodríguez- y sobre aspectos como el egocentrismo, tan presentes en el fútbol como en la música. “Soy hijo único y siempre me han hecho reflexionar sobre ello”. Para el artista -quien, por cierto, fue socio del Palamós-, “el proceso de grabación de un disco es casi neurótico, como un Gran Hermano”, así que le hemos pillado relajado, antes de que llegue esa época y se meta en un estudio con su banda, que ya hace muchas temporadas que juega como un bloque.


Por Marcos Moreno Teruel
Fotos: Cristina Perea

 

–Hace poco has conseguido llevar a muchísima gente al Palau de la Música. Eso para ti y para tu banda debe de ser como jugar en el Camp Nou... 

–Claro, piensa que para nosotros eso era el Madison Square Garden. Para otra gente, acostumbrada a estadios, tocar en el Palau es tocar en distancias cortas, pero para nosotros, por aforo y prestigio, es el sitio más grande. Había quien se confundía y me decía: “¡Hostia, de puta madre! ¡Tocas en el Palau Sant Jordi!”. Y yo tenía que decir: “¡No, no! En el Palau de la Música”... Era un enorme reto tanto por aforo como por el tipo de producción, que es muy cara y muy complicada de hacer. La mayor dificultad estaba en comunicar,  ya que si no hubiese venido la gente suficiente, hubiésemos tenido un problema.

–Arriesgasteis y habríais perdido de no haber llenado...

–Sí, era una producción que hacíamos nosotros solos y, por prestigio, el lugar tiene mucho más coste que cualquier otra sala. Estamos muy contentos.

–Un niño se monta su película de pequeño, escuchando a Bruce Springsteen, y dice: “Un día quiero tocar, delante de mucha gente y en un marco incomparable, Born in the USA”. Y con un par...

–Siempre ha habido un grupo de gente, fan de Springsteen, que también se ha acercado a mi música y me ha preguntado si iba a hacer alguna versión. A mí me daba mucho pudor, pero pensando en hacer algo diferente para el Palau me dije: “Coño, la de veces que en mi vida había escuchado Born in the USA imaginando que la tocaría en algún lugar brutal”. Y bueno... en principio esto sigue para adelante (ríe) pero, hasta el momento, puede ser que no haya nunca más un lugar así. Pensé que era la ocasión para hacerlo. Yo creo que la gente, cuando empezó a sonar, se quedó parada (ríe). Y encima, fue en los bises.

–Y con una presentación emotiva.

–Sí, se la dediqué a mi yo de 13 años.

–Quedó bien, ¿no crees?

–Sí, aunque creo que había quedado algo mejor en los ensayos. Pero es normal, con la tensión del momento... Si la hiciésemos alguna vez más, calculo que quedaría mejor. Además, es muy complicada y la voz de Springsteen en esa canción es muy particular y claro, no es lo mismo ¡por mucha intención que uno le ponga!

–Todo el mundo debería llevar a cabo este tipo de sueños, los que ha tenido su yo de 13 años...

–Hombre. Me quedaba eso y marcar un gol en una final, pero eso va a ser más complicado. Debe de ser una sensación incomparable. Que la gente cante tus canciones ya lo es, pero meter en una final tiene que ser impresionante, aunque eso ya no creo que me pase (bromea resignado).


–Podría decirse que ahora has celebrado el éxito del Palau en Buenos Aires, ciudad a la que le has dedicado una canción. ¿Cómo surge la posibilidad de ir?

–Fui hace tres años con Marwan, un cantautor y amigo de Madrid. Me ofreció la oportunidad de acompañarle en esa gira. A partir de ahí, conocí a muchísima gente e ir volviendo ha sido una constante. Pero es más complicado desarrollarse en Argentina como lo estamos haciendo en España, es decir de boca en boca e insistiendo y tocando en sitios poquito a poquito.



 


–Puedes estar un mes, como recientemente...

–Exacto, porque más no sería rentable... Cada vez se conoce a más gente allí y quiero intentar desarrollar el tema, pero hay que ver cómo se puede hacer. Allí parece algo muy difícil, pero aquí parecía imposible, así que hay que ver si existe la posibilidad. Lo ideal sería poder ir cuatro veces al año y hacer alguna gira. Igualmente, está pasando y cuando toco en Buenos Aires siempre viene gente, canta las canciones y mola mucho, pero vas una vez al año, o una vez cada año y medio, a causa de la distancia. Es más complicado.
 


–Entonces, este mayo también has tenido buena respuesta.

–Muy buena. Veo que en Argentina hay un gusto por la palabra que quizás es mayor que aquí. Aquí también hay gente aficionada y que valora los textos pero allí, en la primera escucha ya valoran mucho lo que explica el tema. Un argentino, para convencer a un amigo de que vaya a un primer concierto, le pondría su canción favorita. Creo que en general, nosotros pillamos a los amigos con una más graciosa o más fácil y luego, si se fanatizan, ya les van gustando las demás.

–Explica, a los lectores que no han tenido el gusto de ir a Argentina, cómo se vive allí el fútbol.

–Es acojonante. A ver, hay un tema serio con el que no se puede bromear, que es todo el tema de la violencia en el fútbol y la violencia casi organizada de las barras, etc. Dicho esto, como aficionado al fútbol, es acojonante ver como todo el estadio se pone a cantar y animar. Las aficiones rivales van a los campos y hay un intercambio entre cánticos de aficiones brutal. A nivel musical, lo que es impresionante es que aquí, en Europa, hay tres o cuatro canciones y la gente canta eso y ya está. Allí, cada equipo tiene sus propias canciones y sus propias adaptaciones de letras. Cantan temas de minuto y medio, de gente como por ejemplo Andrés Calamaro. El campo es una fiesta. Muchas veces me comentan, algunos que han venido al Camp Nou, que aquí la gente estaba como en la ópera. Tienen una pasión brutal que se nota incluso en que haya más niños jugando al fútbol en la calle, diría yo.

–Algunos de esos niños son después los grandes jugadores que conocemos.

–Sí. Otra cosa es la calidad de la liga argentina en este momento, que deja mucho que desear. El nivel futbolístico es muy bajo. El nivel competitivo no, y el nivel del futbolista argentino tampoco, porque sigue siendo buenísimo y Argentina sigue teniendo una de las mejores selecciones del mundo, pero el de la liga argentina, hoy, está muy justo.

–¿Tienes algún equipo predilecto en dicha liga?

–Sí. Soy bostero. De Boca Juniors. También tengo que decir que estuve en la cancha de River Plate disimulando y aplaudiendo a River, ¡no soy tan valiente (risas)! Tengo amigos de River, pero por una cuestión de mi familia política de allá, soy absolutamente bostero.

–¿Qué músicos españoles gustan allí, además de indiscutibles como Sabina?

–Lo primero es saber que Sabina, Serrat e Ismael Serrano son dioses. Más que en España, incluso. Sabina y Serrat se hacen la cancha de Boca. O tocan veinte días en Luna Park, donde entran unas 8.000 personas. Es devoción. Pero en general, gusta mucho lo español. Evidentemente no ha llegado todo, pero gustan muchos artistas además de ellos.

–¿Y tú a quién has descubierto que no conocieras antes de ir?

–Creo que lo español llega más a Argentina que a la inversa. Si aquí hemos conocido algo de su rock en los últimos años, es porque todos hemos hecho amigos argentinos que nos lo han enseñado y no tanto por lo que ha sonado. Pero hay un mundo de bandas, 'Divididos', Charly García, mil cosas que se conocen como referente pero que quizá en España no han sonado. Que yo haya descubierto allá... hay una banda que se llama 'Las pastillas del abuelo' y está pegándola mucho, y por ejemplo aquí no he oído que suene. Están muy bien. También el cantautor Lisandro Aristimuño, aunque este sí que ha saltado a España. Y me gusta mucho Kevin Johansen, que por cierto tocará en Barcelona (por el 20 de abril), pero a él sí que le conocí aquí.

–Volvamos a la pelota de cuero. ¿Qué te empuja a meter en una canción a un futolista brasileño que dice ser del Barça desde que era muy pequeño?

–¡Que rimaba, ja, ja! No... Esto es un estándar del fútbol. Todos los fichajes son del Barça o del Madrid desde que eran pequeños, o ficha un jugador el Atlético y lo mismo...

–O incluso con equipos más pequeños.

–¡Sí! Dicen: “Siempre he tenido simpatía por el Getafe”. Yo soy muy futbolero y eso es lo que me empuja a escribirlo. Me gustó una frase de Arrigo Sacchi que me dijo mi amigo Julián, de la sala 'Libertad 8': “El fútbol es la cosa más importante de las cosas no importantes de la vida”. Es una pasión. Tengo amigos en el mundo de la música y del arte en general que se quejan del daño o la competencia que nos hace el fútbol y es verdad. Al final, siempre intentas cuadrar bien tu calendario, pero es muy difícil porque la Liga no hace público con suficiente antelación el horario de las jornadas.

–¿Por eso, hace unos años, cuando tocabas los miércoles en el 'Bar Pastís' y el Barça jugaba la 'Champions', retrasabas la hora del concierto.

En los principios, cuando se tocaba mucho entre semana, te pasaba esto. Y hace muchos años nos coincidió un Barça-Madrid en la sala 'Zacarias'. Retrasamos el concierto hasta las 23:30h. y vino muchísima gente. Así encontramos que era mucho mejor hacer los conciertos sobre esa hora. Da tiempo a trabajar, cenar, ver el fútboly vas al concierto en el rato en que te tomarías una copa... Pero no es esa franja la que te suelen dejar. También es cierto que ganó el Barça. Si no, quizás no habría venido tanto público...

–Así que sientes debilidad por la competencia.

–Sé que la pasión en sí misma es algo muy absurdo, pero reivindico el derecho a sentirla. Para mí ha sido un gran elemento para sociabilizar. En todos los taxis de Argentina o de donde sea he hablado de fútbol, también en Chile. En cualquier lugar de España, en todos los bares, se habla de Barça, de Madrid... Me encanta. De una manera no racional, pero me ha venido muy bien.

–Hay quien lo considera frivolizar en una época dura. Aunque todo el mundo tiene sus aficiones...

–Claro. La verdad es que si no te gusta el fútbol es una putada. Los amigos a quienes no les gusta me dicen que una cosa es el fútbol en sí mismo, el partido, y otra cosa es todo lo que le rodea. Es verdad que cada día ves el telediario y hay media hora para hablar de lo que opinan Messi y Cristiano Ronaldo sobre lo que sea. Yo he de reconocer que me encanta el fútbol y me encanta el entorno. Me quedo distraído viendo jugar a diez o veinte chavalines en una plaza pero también me lo paso de puta madre leyendo el Sport o el Marca. Paro el cerebro, no pienso en nada más y me encanta.



////////// Si quieres saber lo que piensa Rafa Pons sobre la Champions League de este año o los detalles sobre los proyectos que tiene en mente, no te pierdas la segunda parte. //////////

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