Siempre en términos futboleros escuché decir la frase Dios es Argentino, especialmente cuando ganábamos ‘con un culo así de grande’.
Hoy con el humo blanco todavía flotando en el Vaticano surgían también en Twitter frases como: tenemos a D10s, al MESSIas y ahora nada más y nada menos que un Papa de San Lorenzo... (OMG quien aguanta a Viggo ‘Aragorn’ Mortensen y a Tinelli)
Más allá de todo esto, seguimos teniendo la suerte de que esta semana podemos presentar nuevas firmas que escribirán para ElevenFoot y digamos que en los tiempos que corren, con el esfuerzo que nos lleva sacar adelante este emprendimiento, es un orgullo para nosotros saber que aparece gente nueva que quiere colaborar con nosotros porque cree en nuestro proyecto.
Eso sí que para nosotros es un milagro.
Aquí la primera de José Peña Fierro.
////
Hoy, cuando en cuestión de minutos hemos conocido que había fumata blanca y que tendríamos un nuevo Papa, es más visible que nunca el alcance que tienen los medios de comunicación y las redes sociales en la sociedad actual, y las influencias que poseen sobre los ciudadanos. Esto podemos observarlo en todos los deportes, y sobre todo en el fútbol, por ser el más retransmitido, el que más gente mueve y por tanto, del que más beneficio obtienen los medios. Las redes sociales influyen en gran medida en el cambio que se viene produciendo con respecto al concepto futbolístico que tienen los receptores, que no son otros, que los propios seguidores de los distintos equipos.
Es oír el silbato del colegiado y comienzan las declaraciones. Las salas de prensa y las zonas mixtas se llenan de periodistas, y cada vez más, de futbolistas que buscan su minuto de gloria, su titular en la portada de los grandes medios deportivos. Desde que los medios de comunicación se extendieron y sobre todo desde la aparición de las redes sociales, el fútbol ya no es fútbol. O al menos ya no se habla de fútbol. Los nuevos medios han propiciado que un cruce de manifestaciones, un error arbitral o un insulto desde la grada, llegue a millones de personas en un abrir y cerrar de ojos. El fútbol se ha abandonado a merced de lo anecdótico. Son pocos ya aquellos que aún siguen ilusionados ante el espectáculo futbolístico, ante el despliegue de fútbol realizado por los equipos.
Lo más jóvenes no hemos tenido la oportunidad de vivir el fútbol como nuestros abuelos nos cuentan, de ese ambiente que se palpaba en las calles ante un partido importante. Han desaparecido las clásicas tertulias teníamos con nuestros compañeros cuando llegábamos al colegio, al trabajo o cuando íbamos a tomar el café. Desde hace unos años, la gente expresa todo por las redes sociales. Es más fácil caer en el insulto, se ha eliminado la verdadera esencia del fútbol. Se busca la pelea, el conflicto con otros usuarios de esta red de comunicación. Se ha olvidado qué es el fútbol.
¿Dónde quedan esas tardes de domingo, con los amigos, sentados en el sofá para ver el fútbol? Donde juntos podíamos saborear las mieles de la victoria y el sabor agrio de la derrota desde nuestras casas o desde el bar típicamente futbolero que hay en todo barrio. Ahora nos centramos más en tuitear un fuera de juego mal anulado, en un penalti no señalado o en insultar a un futbolista por lo que ha dicho en cualquier medio. Nos aislamos, dejamos a un lado las relaciones de amistad y de rivalidad que crea este maravilloso deporte.
Por tanto, es necesario recapacitar y recordar el aspecto lúdico del fútbol, que nos entretiene, que nos ilusiona y nos arrastra hacia sí, con una fuerza insospechada. Debemos abandonar la actual forma de entender lo que rodea al fútbol, que no solo influye en los aficionados, sino que también condiciona el rendimiento de los propios futbolistas. Tenemos que abandonar la “prensa rosa” del fútbol y centrarnos en lo que reamente importa: EL FÚTBOL.
Por José Peña Fierro


No hay comentarios:
Publicar un comentario